Una Plataforma llamada UBER

Desde hace más de dos meses que todas las semanas hemos tenido tranques, empujones y arrestos por parte de los conductores de taxi; inicialmente para solicitar al gobierno que se manifestara con relación a la plataforma UBER, hasta llegar a la pasada semana que con protestas más violentas, solicitan la eliminación en el país de dicha plataforma.

La única entrevista que por TV diera el Director de ATTT planteaba que antes de decir nada sobre la susodicha plataforma, primero se estaba estudiando:

  1. La cantidad de taxis que había en circulación
  2. El horario de prestación del servicio de cada uno
  3. El tipo de ropa que cada uno utilizaba.

En un análisis de lógica formal, resulta que el problema del transporte selectivo y una plataforma nueva, es que los taxistas en Panamá son demasiados, aparte de ser feos, malvestidos e impuntuales.

Este fue el diagnóstico; que les parece?

Mientras tanto, seguimos debatiendo en las paradas, corrillos y oficinas, la bondad, maldad o ilegalidad de la plataforma, pero yo me pregunto: Qué es una plataforma?

En las entrevistas por la televisión, hemos visto a transeúntes, buhoneros, comerciantes, estudiantes, jubilados (menos a personeros del gobierno), argumentar a favor o en contra de la famosa plataforma, pero nadie ha definido en realidad qué es eso?  Por lo menos yo no lo he escuchado.

Recuerdo que la primera vez que fui a Bocas del Toro, pasaba por “Patua Taun” y recientemente un fuego había consumido un par de casas y como eran de madera, pues solo quedó el piso.

Lamentando lo ocurrido, le digo a uno de los presentes ¡se consumió toda! Y me contestó él, si, lo que ocurre es que los bomberos de Bocas, son bomberos de “planché”; y eso que es, le pregunto?  Lo que ocurre es que ellos solo garantizan que no se quema es el “planchê” o sea la plataforma.  Son bomberos de plataforma.

En otra ocasión, ya más reciente, en uno de los” Mall” estaban promocionando calzados de mujer, entre los que se encontraban unos calzados con una suela de corcho, como de 3 pulgadas de alto, cosa que me llamó mucho la atención, por lo que le pregunto a la chica que atendía y esto para qué es? A lo que ella me respondió, es para pisar alto. Si? Le digo, pero un tropezón con esos zapatos va a necesitar un parapente para amortiguar la caída; de todas formas lo que es moda, no incomoda.

Ahora me salen con una plataforma pero de taxi?  Para ningún nacional le es extraño que el transporte en general y los taxistas en particular son una lacra que ha fustigado a la población por décadas; pero no es menos cierto que estas tropelías las cometían y aun las cometen a pesar y dentro de la Ley, y de pronto y sin aviso, cae una plataforma pisando desde alto y se va acomodando a todas las necesidades y requerimientos de los usuarios, pero actuando fuera de la Ley y normas que tiene este y otros países.

Y se armó Troya.  Los grupos de cuasi facinerosos taxistas sintieron pisada de animal grande y desde su “planché” a prueba de fuego, empezaron a invocar el cumplimiento de las normas y las leyes que rigen en una sociedad justa y equilibrada, mientras que la otra parte guarda silencio y al estilo de 4:40 dice no me preocupo yo, mando mis avispas (los usuarios) pa’que los piquen.

Como en toda contienda, debe haber un árbitro, se buscó al gobierno y sus autoridades y que dijeron?

Esto no se resolverá porque el grupo de taxistas son demasiados, hacen mucho ruido a toda hora y visten muy mal; mejor que vayan los antimotines porque “yo no voy”

Qué nos pasa?  Somos un país suigeneris, con un gobierno que cambió su lema de “el pueblo primero” a otro más práctico “momento, que soy lento” y ha puesto el piloto automático pero sin brújula.  Qué nos toca?  Cada uno desde su plataforma.  Unos pedían: que dentro de la legalidad yo pueda actuar con impunidad, pero con la Ley.  Otros en la propia piden: no importan las leyes, lo importante es actuar, y caer bien (aunque algunos estén hoy, por Miami.  Ya para todo lo demás tendremos tiempo.

Pero en el horizonte se perfila otra plataforma en el 2019 y que nos toca al resto de los terrícolas panameños?  O nos amarramos a nuestro “planché” y que pase el incendio y el diluvio al fin y al cabo ya somos a prueba de ello, o nos colocamos en una plataforma para pisar alto y fuerte y caminar seguro o simplemente decir, “NO VOY”.

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