Un País de Plástico

By Blas Moran

 

 

Qué difícil resulta para el hombre, hacerse una autocrítica y más difícil todavía producto de ella, tener que cambiar actividades, si ésta altera su modus vivendi.

Si se encuentra que nuestra actividad ha traído consecuencias que pueden ser consideradas como negativas o por lo menos perjudiciales en alguna medida, estamos prestos a “tercerizar” la responsabilidad.  O sea, la culpa no es mía, es de cualquier otro.

Esto ocurrió con el proyecto de Ley aprobado para eliminar gradualmente las bolsas de polietileno en tiendas y almacenes.

De todos es sabido, los numerosos problemas que este producto, que inicialmente se pensó que mejoraría la vida, le ha traído a la familia, a la comunidad, al país y al mundo.  Esto es innegable. Qué ocurrió? Que de una vez salió el “Santo Oficio” del comercio panameño (Cámara de Comercio, APEDE, SIP, etc.) y concluían que el problema no es el plástico sino la falta de educación del que recibe los envases y por eso terminan arrojándolo a los ríos y van a los mares.  Eliminar ese producto atentaría contra la industria nacional y para reducirlo requieren de un tiempo prudencial (casi infinito) para que los inversionistas se acomoden. Casi es el mismo cuento de los diablos rojos, de los bien cuidaos, de las invasiones y sigue un largo etc.

Lo cierto es que estamos asfixiándonos en basura y que no solo nos asfixiamos nosotros, sino que contaminamos las fuentes de agua, los mares y también asfixiamos a los animales de monte y mar.

Cuando no había plástico, las señoras iban al mercado con su canasta tejida por nuestros artesanos o con bolsas cosidas por ellas y les aseguro que los ríos no estaban como están ahora.  Todavía yo sé envolver en papel amarillo desde una libra de azúcar hasta 10 centavos de pimienta aprendido en la tienda que teníamos en Cabuya.

Las comparaciones siempre son odiosas pero yo recuerdo que en los tiempos de La Unión Soviética no existía el plástico aparte de las limitaciones suntuarias que tenían, pero casi en su totalidad hombres y mujeres tenían en su bolsillo una bolsa que sacaban para guardar cualquier cosa que tuvieran que llevar a casa y Moscú era una ciudad de millones de habitantes.

Es cierto que el plástico mejoró la apariencia del producto y facilitó su comercialización, pero ha causado muchos daños ambientales y de salud. Han visto ustedes como quedan nuestras calles después de los desfiles, carnavales y pronto Navidad?  Entonces hay que hacer un alto y regresar a  caminos más sustentables y de seguro que no será lo único; ya que en los años 80 el escritos Alvin Toffler anunciaba la vuelta atrás de muchas cosas y hábitos, algunas de las cuales son paradigmas de progreso y que tendrán que eliminarse y volver a formas ya archivadas; para muestra un botón:

1.        La energía nuclear (reactores) se regresa a fuentes de energía limpias.

2.       Las grandes fábricas con miles de obreros automatizados con alta concentración de capital y maximizar la producción en un punto, se regresa a la fabricas mas pequeñas pero con ubicación estratégica aunque queden distantes una de otras pero con menos mano de obra y mas automatización (Esto no lo ha entendido D.Trump).

3.       La producción masiva y propaganda para varias los hábitos alimenticios de poblaciones enteras, que después generan pandemias de enfermedades como la obesidad. Se está regresando a hábitos alimenticios antiguos mas saludables.

Tenemos que volver al papel o cualquier otro producto biodegradable, que los hay.

Sé que saldrán otros a plantear, que para producir papel hay que talar muchos árboles, pero recordemos que la madera no es la única fibra de la que se hace papel.  En otro escrito ya comentamos cuándo y por qué se sustituyó el cáñamo por la madera.  De pronto este es otro producto que debemos “des satanizar” y regresar a él y sustituir el método actual que consume toneladas de acido sulfúrico para fabricarlo pero que actualmente es monopolio de consorcios trasnacionales.

Por lo pronto los envases y bolsas de plástico han contribuido a ensuciar los mares, los ríos, las ciudades y los pueblos del campo y han hecho retroceder en la mente del ciudadano la ya reducida conciencia de limpieza y urbanidad que tenía; luego entonces, deben ser eliminadas gradualmente como ya ocurrió y está ocurriendo en muchos otros países.

«Lo cierto es que estamos asfixiándonos en basura y que no solo nos asfixiamos nosotros, sino que contaminamos las fuentes de agua, los mares y también asfixiamos a los animales de monte y mar.«

Panamá Puente del Mundo

 

En el mes de la Patria, aprovechando uno de los largos fines de semana, me quedé en la ciudad y le pedí a mis hijos que me llevaran a conocer el Museo de la Biodiversidad.  Debo confesar que a estas alturas no lo conocía, como tampoco conocía el nuevo paseo de Amador.

Yo creo que sobre todo , los que algo tuvimos que ver con las luchas reivindicativas de nuestra soberanía y la recuperación de todo este territorio, tenemos el derecho y el deber de recorrer y disfrutar por lo menos una vez, de todo ese complejo turístico; y aunque al recobrarlo sintamos que hay fisuras por las que se destila corrupción y oscuras acciones, no es menos cierto que ahora todo ese territorio es nuestro, igual que la corrupción.

Bueno, ese es otro cuento que da para un artículo, solo ese tema.  Yo deseo compartir con ustedes mi impresión en el Museo de la Biodiversidad.

Sin lugar a dudas, tanto la estructura como la información que se presenta, está dirigida principalmente a los panameños. 

Hay que conocerla, interiorizarla y valorarla.  Yo salí de allí sintiéndome más panameño y más responsable con mi país y el mundo.  Casi que es obligatorio visitarlo con el tiempo suficiente.  No es una visita turística dentro de una agenda apretada de tiempo; es para contestarte las preguntas: de dónde venimos?  Qué somos? Y hacia dónde vamos?

Ya en escritos anteriores les había comentado que el istmo de Panamá emergió del mar y unió América del Norte con América del Sur y formó ese puente de vida que permitió que plantas y animales cruzaran en una y otra dirección.  Empezó así el gran corredor biológico que todavía hoy sigue siéndolo.

Este puente biológico facilitó la conexión terrestre, pero partió en dos lo que antes era un solo océano y las corrientes marinas fueron desviadas hacia otras direcciones, provocando con ello cambios mundiales tan extremos en el clima, que se produjo heladas en algunas partes y desiertos en  otras.

Así mismo la fauna marina empezó una era de adaptación a mares más fríos o más calientes y así ese pequeño puentes que es Panamá, tiene en el norte un mar más cálido y en el sur un océano más fresco.

Se imaginan ustedes que ese evento que ocurrió hace casi 4 millones de años, empezara a dar marcha atrás y que producto del calentamiento global los océanos suban de nivel y el puente vuelva a convertirse en varios islotes y lo que hoy son dos océanos vuelva a ser uno?  Esto igual que en un inicio, no será en un año, ni diez: será un proceso.  Pero en el interín se irán sucediendo cambios tan abruptos en el entorno, que nada volverá a ser igual.

Como coincidencia en la tarde después de visitar el museo, pasaban en el canal de National Geographic un documental con muchas entrevistas realizadas por Leonardo Di Caprio, a científicos, políticos, campesinos, indígenas y terminaba con su intervención en las Naciones Unidas.  Todo giraba sobre lo que ocurría ya en distintas partes del mundo, por efectos del cambio climático y las consecuencias futuras de no tomar las medidas necesarias en la actualidad.

Las grandes emisiones de CO2 a la atmósfera están alterando de tal forma la delgada capa que cubre la tierra, que ya no podrá protegernos como hasta ahora, de los rayos del sol; y no es que eso pasará; ya está pasando; ya hay comunidades indígenas enteras que han tenido que emigrar porque la isla donde vivían se inundó y desapareció.

Las economías más prósperas en el mundo, son también las que más contaminan y más CO2 envían a la atmósfera, por lo que se han puesto la meta de reducir las emisiones de CO2 pero resulta que el señor Donald Trump, no está convencido de los efectos del cambio climático (y él no es el único) por lo que anunció que retrasará su compromiso de reducción de emisiones.

El gran problema es que la tierra y su entorno tiene su propio calendario y no toma en cuenta quien está de acuerdo y quien no y se afectarán las áreas que se tienen que afectar, estén o no de acuerdo.

Algo tan insignificante como el istmo de Panamá, sale a flote y provoca el cambio del clima del mundo.  Sabemos con certeza lo que ocurrirá, si la temperatura en los polos aumenta un grado?  No se trata solamente de que se mueran los osos polares, los trópicos cambiarán irreversiblemente y la producción de alimentos se verá afectada y la hambruna aumentará por todas partes. Qué le tocará a las poblaciones afectadas?  No hay alternativas, hay que emigrar y para dónde? Ya ustedes lo están viendo.

No se trata de teorías “maltusianas” de posibles catástrofes.  Ya está ocurriendo; el cambio climático está entre nosotros y lo tenemos también en Panamá y todavía hay personas que o no se dan cuenta o creen que las medidas se pueden retrasar “mientras hago unos reales más”.  Eso lo dicen los inversionistas, comerciantes y promotores de bienes raíces, pero mientras, en invierno nos inundamos y en verano el sol nos cocina.

O empezamos ya a actuar con responsabilidad individual y colectiva o después puede ser muy tarde.  Durante esta semana se realiza en Bon, Alemania, otra reunión internacional sobre el tema y Filipinas resalta la carencia que existe en los países ya afectados como ellos, sobre los resultados de investigaciones que se han realizado y lo mismo ocurre en América. Tailandia reporta que los periodos monzonicos cada día son más impredecibles y con cada inundación y ya van tres se inunda 30% de Bangkok y las consecuencias son catastróficas para el comercio mundial

Yo soy un convencido de que los países con economías centralizadas, están en mejor condición de planificar e implementar medidas para frenar los efectos del cambio climático. 

No me refiero ni a comunismo, ni socialismo, ya que esto no es un problema político, sino un problema físico, técnico científico, congrves efectos económicos.

Esto podemos discutirlo posteriormente, pero mientras pensemos desde nuestro Panamá, cuál debe ser nuestro rol para contribuir desde lo local a  frenar un problema global.  Larga vida y éxitos al Museo de la Biodiversidad

El 3 de Noviembre Viene, el 3 de Noviembre Va

Al llegar las fiestas patrias y se cuenta con edad como la mía, aunque no quieras no puedes evitar comparar las actividades que se realizaban en los tiempos que tú creciste con las que actualmente se realizan.

Algunas se las tragó la vorágine de una ciudad que ha crecido casi como una macrocefalia; otras actividades han tomado fuerza o simplemente han nacido y se han posesionado en los programas de las festividades.

 

Yo trato siempre de no caer en la máxima de “cualquier tiempo pasado fue mejor”, pero hay cosas que si se cambian, estás desdibujando con ello la identidad de un pueblo.  Por ejemplo, a mi juicio, si se  cambian fechas como el 28 de noviembre, para hacer un puente el fin de semana y beneficiar a los comercios de alguna localidad.  Qué es más importante? La identidad cultural de un  pueblo. O las cajas registradoras del comercio local?

Volviendo al 3 de noviembre, hay dos cosas que quería resaltar y compartir con ustedes.  La primera es con relación a las dianas.  Este acto lo conozco desde que era un niño y me despertaban de madrugada para dar los buenos días a la Patria, escuchando las dianas y luego a arreglarse para ir a cantar el himno a la Catedral.

Yo no sé si en otros países se realizan actos similares.  En años posteriores las bandas de algunos colegios tomaron la iniciativa de llevar una especie de serenata al Director del Colegio o al Director de la Banda; esto se popularizó y hay que aceptar que se degeneró y ya no era a las 4:30 a.m., sino desde las 12:00 de la noche y se acompañaba de licor y se mezclaron los adultos con los estudiantes.  Qué ocurrió? Que en vez de disciplinar y normar la actividad, se prohibió totalmente.

Yo creo que fue un error, porque la ciudad cada día se alarga más y nuestro sistema de transporte no es eficiente, entonces es muy difícil que ciudadanos de Tocumen o Felipillo puedan desplazase hasta la Presidencia.  Lo mejor era, primero disciplinar a las bandas y ubicar 2 ó 3 lugares estratégicos, donde no más de 4-5 bandas tocaran dianas a la misma hora que en la Presidencia, de 4:30 hasta las 6:00 a.m., ni un minuto más, ni empezar antes y que no se mezclen bandas de adultos y estudiantes.

 

Esta actividad bien organizada, ya sea por el Alcalde o Representante o una Junta de Festejos, les aseguro que etiqueta a la ciudad y al país y le da identidad.  Nadie puede objetar, que el que se abra la casa presidencial en plena madrugada y el Presidente salga a recibir al pueblo y se toquen dianas con ritmos de nuestra cultura caribeña, es único y así lo manifestaron los numerosos turistas que allí estaban, disfrutando con los nacionales.

Otra iniciativa muy panameña han sido las llamadas Bandas independientes.

La iniciativa fue buena y caló bien en la ciudadanía, pero todo lo que crece sin control, se degenera; al punto de que ya entraron al juego otras bandas; las bandas criminales y se hizo un amasijo que involucró también a las bandas estudiantiles.

Las bandas independientes pueden y deben ocupar su lugar y ser normadas con leyes para adultos; luego entonces no deben haber menores de edad en ellas; así mismo las bandas estudiantiles son normadas y disciplinadas por reglamentos para estudiantes y no debe haber particulares en ella.

Anteriormente las bandas todas eran agrupaciones en las que se ganaba el derecho a entrar con las notas o el rendimiento escolar.  Ahora los estudiantes fracasados son los primeros que entran a las bandas.

El participar en una banda involucra sacrificio, tanto para el plantel educativo, como para los padres de familia; luego entonces debe ser orientado a los mejores estudiantes, como premio a su esfuerzo.

Es un orgullo representar al Colegio en cualquiera actividad y esta es una.

Las bandas tanto de estudiantes, como las independientes, gustan mucho fuera de nuestras fronteras; pongámosle un poco de orden y convirtámosla en un producto marca PANAMÁ y que se la copien, que importa.  No fue así que salió el reggaetón? Pero como dice el dicho “cada loro en su estaca”, no mezclemos las cosas.

Para finalizar, hay un tema que escuché en una radio emisora que trasmitía los desfiles.  La pareja de comentaristas resaltaban lo siguiente.  “hace años las batuteras eran escogidas de entre las niñas más esbeltas y guapas y hoy parece que la que no tiene oído para tocar un instrumento la meten a batutera y es por eso que son obesas y no muy agraciadas”.

Es que no estamos viendo la realidad del problema.  Es que el 50% de nuestras niñas, particularmente de estratos bajos o son obesas o tiene sobrepeso.  No hay de donde escoger.  Se me ocurrió entonces la idea de que se restrinja a las estudiantes que aspiran a ser batuteras su participación, si no tienen una masa corporal adecuada.

Que se entienda que no es por discriminarla, ya que se requeriría el apoyo de la profesora (que también es obesa) y de la madre de familia (que también puede serlo).  Hay que convencer a las jóvenes, de comer sano y hacer ejercicios.

Aunque parezca chistoso, estamos frente a un serio problema y que se debe tomar con toda la seriedad del caso.  La OMS sacó el mes pasado un largo y didáctico documental para denunciar y a la vez, concienciar sobre este problema que amenaza con convertirse en pandemia y que como siempre, amenaza a los países más pobres.

Las enfermedades que siguen a la obesidad serán casi imposibles de controlar, por la cantidad de recursos que demandan.

Las trasnacionales de los alimentos y conexos se han apoyado en la globalización para imponer y cambiar hábitos alimentarios, principalmente a las poblaciones más pobres y producto de ello se ha provocado una obesidad prematura, que afecta a los estratos bajos de la población.  No es el momento para discutir sobre este problema, pero no se puede soslayar.

Resumiendo, quizás no nos hemos dado cuenta lo diferente que celebramos nosotros las fiestas patrias, desde el nacimiento de la República y saben por qué: porque en el resto de la región, los desfiles son militares y se hace un despliegue del poderío militar.  Nosotros no tenemos ejército; entonces nuestro despliegue es cívico y civil y sobre todo diferente.  Esto atrae turismo, pero requiere de ordenar las cosas y sobre todo de que la población se apropie de ello y lo convierta en parte de su identidad y que orgullosamente diga. ESTO ES PANAMA.

El Nance, una Fruta muy Nuestra

En conversación  con mi amigo Chepe de Medellín, me preguntaba ´él, qué fruta podría identificar al panameño por su consumo frecuente y el conocimiento de la población; por varios minutos me quedé pensando y luego me vino a la memoria una y le contesto, ya la tengo, se llama el nance.  Para mi sorpresa ni siquiera la conocía y eso me motivó a buscar un poco más información sobre esta fruta.

El nance, cuyo nombre científico es Birsonima crassifolia (L.) es oriunda del sur de México, Centroamérica, parte de Colombia y Brasil, pero solo se reporta su consumo humano en mesoamerica, Panamá y alguna localidad de Brasil (Murici).

El nombre es de origen maya (nance, nauche, manchic, manzi).  Los quichés de Guatemala dicen que la deidad Ucub Cuquix solo comía frutas de nance.  Otros autores mencionan que la palabra nancinta se desprende del nombre tonantzin (nuestra madre), diosa de la procreación.

En sitios arqueológicos de Azuero se encontraron semillas de nance y de jobo y también se han encontrado en relictos prehispánicos en Honduras.

Crónicas de Portobelo lo mencionan como un árbol medicinal y algo tóxico la corteza.

Ya en tiempos actuales podemos encontrar variedades de nances o nancites, dependiendo de los sitios donde crecen.

En lo personal he visto nances del tamaño de una aceituna de las más grandes, hasta pequeños como una pimienta.  La mayor variabilidad las he visto en los suelos volcánicos de Guatemala y Nicaragua; la forma más frecuente de presentación es en forma de licor, conocido como vinos o en venta directa en bolsitas de frutas, ya bien ácidas o casi dulces como una ciruela.

Los colores van desde un amarillo pálido, hasta un verde olivo y otras variedades naranja, hasta rojas como un jobo, que es otra fruta que se asocia con el nance, desde la época prehispánica.

En Panamá es donde más variedad de platos se consumen de manera corriente, no como un invento gastronómico; la más común es la chicha y que es conocida en todas las provincias del país.  De chichas pasamos a duros, helados y la famosa pesada de nance con maíz nuevo y queso blanco.  Este postre es conocido a lo largo y ancho del país y deseo recordar la mermelada de nance, que se le ponía a los raspaos cuando los siropes eran de frutas naturales.  Deben haber otras recetas, pero de manera localizada en alguna comunidad.

En Brasil se utilizan los nances ácidos para preparar guisos  para carnes; yo no los he probado, pero siento que debe ser buena receta, muy parecida al lomo en salsa de tamarindo.

Debo confesar que yo no soy muy consumidor de esta fruta porque aunque me gusta su sabor, “me patea el hígado”.   Lo cierto es que el nance es conocido por todos los panameños y hemos aprendido a consumirla en distintas formas y es un recurso que crece en todo el país ya que el árbol se asocia a suelos no tan fértiles en condiciones de sabana.  No sé si hay otra fruta nativa que se conozca tan bien como el Nance.