Los Murciélagos, Obreros Nocturnos

 

Desde hace un buen tiempo quería compartir con ustedes un tema que para mí es apasionante.

Quise recabar más información para hacer el artículo   bastante técnico, pero al llegar el mes de octubre, mes latinoamericano para resaltar la importancia de los murciélagos, aprovecho mejor para compartir con ustedes mis anécdotas con este interesante, pero poco conocido animal.

 

¿Sabían ustedes que los murciélagos son animales mamíferos? (Le dan de mamar a sus hijos) y tienen más de 2000 años de estar con el hombre en diferentes ambientes.

Panamá con su apreciable biodiversidad, cuenta con alrededor de 122 especies de las 1300 que hay en el mundo entero y cada una proporciona un servicio ambiental al hombre y particularmente a los panameños.

 

Su contextura y tamaño está adaptada para alimentarse de diversas fuentes que le proporciona el entorno.  Algunos con un hocico y lengua muy larga para poder alimentarse del néctar de las flores, otros con orejas más largas, pata para casi caminar o trompa muy chata para comer frutas grandes, sus alas son manos con la misma cantidad de dedos adaptados para poder volar, en fin, diversas formas. Los murciélagos no son ciegos, pero han desarrollado mejor un “sonar” para eco movilizarse.

 

Tengo algunos temas para compartir.

 

Un apreciado y recordado amigo forestal que trabajó como consultor en países de Africa hispanoparlante, me contaba con asombro dos cosas que él recordaba; que un negro de casi dos metros de estatura le sirviera en un restaurante, hablándole en perfecto español, pero con acento andaluz y seguido, que en el restaurante sirvieran en bandeja, murciélago, pero como plato gourmet.  Se trataba de murciélago de gran tamaño, casi de un pollo que les llaman zorros voladores, por la forma de perro que tiene la cabeza.

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Bajando por el río Tuira en Darién, después de un fuerte aguacero, la piragua se deslizaba entre nieblas por las rápidas aguas de río en la prima noche y la única compañía eran cientos de murciélagos que en todas direcciones revoloteaban por la superficie del agua, cazando peces.  Yo me arropaba con un poncho porque decía, con la velocidad a que vuelan estos animales, no sería raro que nos estrelláramos con uno; al comentarle al acompañante, este me dijo: primero nos estrellamos con algún tronco que el río este arrastrando, antes que con algún murciélago.  En los años que tengo de andar por el río no he visto ni un solo caso de murciélago que se estrelle cuando está pescando.  Así de eficiente es la eco movilidad de estos animales.

 

El otro caso se da en la actualidad.  Cabuya es un pueblo conocido entre otras cosas, por sus grandes árboles de mango, algunos con edades que sobrepasan los 100 años.

 

En varios de estos árboles habitan colonias de murciélagos que se alimentan de frutas (frugívoros).  Son colonias de entre 30 y 40 individuos de cabeza chata, color chocolate claro y de tamaño de una paloma mediana (ya entran en la lista de mega murciélagos.).

 

A un costado de nuestra casa existía uno de estos árboles y causaba varias molestias a la nueva vivienda y mi esposa mandó a derribar el árbol.

 

En el árbol habitaba una colonia como de 30 individuos que se vieron obligados a mudarse a otros árboles más pequeños, pero que no les brindaban tanta protección; bueno, de un tiempo para acá esta colonia tomó la decisión de mudarse para uno de los gazebos (ranchos) que, aunque está a menos altura, están bien protegidos del viento y la lluvia.  Me imagino que dirían “tu me tumbaste mi casa, ahora me mudo para la tuya” y a partir de entonces, a botar trozos de frutas y limpiar excretas todos los días.  Yo por mi parte me he dedicado a observarlos y ver cuánta fruta consumen entre otras cosas.

Una cosa que me ha sorprendido es su puntualidad en sus hábitos.

Ellos salen a buscar comida cuando ya anochece y regresan antes de que asomen los primeros rayos de sol, pero hay algunos días que no entiendo el por qué, con la puntualidad alemana regresan exactamente a las 7:15 a.m. pero todos en bandadas a descansar.  Esto, a quien está afuera asusta un poco porque ya les dije que son casi del tamaño de una paloma y en total son alrededor de 30 individuos.

Mi esposa ha intentado ahuyentarlos ya que me opongo a que sean exterminados.

En Chiriquí hay una planta que le llaman murciélago, en el resto del país le llaman “palo cuadrado”.  Ellos aseguran que es efectiva para ahuyentarlos; bueno debe ser efectivo para otra clase de murciélagos, porque acá es completamente ineficaz.  Me dijeron que haciendo unas cuerdas con banderitas de papel de aluminio y colgarlas como si fuera una fiesta, el brillo los ahuyenta y tampoco

 

Yo creo que la solución está por el lado de la convivencia pacífica, porque hay otras ventajas.

 

Panamá Oeste es la provincia con mayor cantidad de parcelas de una fruta exótica que se llama “pitahaya” (hay rojas y amarillas). La nativa, es otra.  Estoy seguro de que de donde trajeron la semilla (China, Tailandia) no tenían la plaga que acá encontraron.  Los murciélagos la detectaron y han obligado a los productores a meter en bolsitas cada fruta.

 

¿Mi esposa solo tenía amarilla y de pronto, ya tiene de la roja, que es más costosa y quien crees que llevó la semilla?  Ellos dirán, “con mis excretas, pago el arriendo.

 Acabo de regresar de Cabuya y he estado una semana intentando tomar una foto que se aprecie el tamaño, pero ha sido imposible porque se mudaron nuevamente para el árbol de mango, por que, no se; desconozco mucho a mis huéspedes.

 

Los viejos moradores de Chilibre recuerdan todavía cuando de la “cuevas de Chilibre” sacaban de manera artesanal “guano de murciélago” para vendérselo a los chinos que cultivaban hortalizas, después de la construcción del ferrocarril.

 

En Venezuela y el Chocó colombiano, las empresas reforestadoras con rodales semilleros de cedro espino, tuvieron que construir cuevas artificiales, con alcantarillas de más de 2.5m de diámetro para atraer a los murciélagos, porque son los encargados de polinizar las flores y fecundarlas, para que produzcan semillas fértiles.

 

La planta de agave en Méjico es también polinizada por murciélagos y debido a los peligros de siembra “monoclonales” les cayó una plaga que casi acaba con la industria del tequila en el país, Hoy día el 5% de toda plantación debe ser sembrado con plantas que produzcan semillas y sean polinizadas por murciélagos.

 

El murciélago en cada botella de tequila es muestra que esa plantación cumplió con esta normativa.  Algo parecido pasa con las botellas de Bacardí (es otro cuento que lo comentaremos cuando me inviten a éste que es mi ron preferido).

 

Por ahora reconozcámosle a los murciélagos todos los beneficios que aportan al hombre y al medio ambiente y dejemos para el día de Halloween toda la basura que regó Hollywood sobre vampiros, etc, etc, ya en otro escrito les conté sobre mi viaje a Transilvania.

 

Los murciélagos, son los trabajadores nocturnos por excelencia de la naturaleza y no cobran tiempo especial, solo hacen su trabajo has tú el tuyo y deja al resto del mundo trabajar.

 

Ing,Blas Morán

Nuestra Memoria Histórica

En este mes, que se conmemora los 43 años de la entrada en vigencia de los tratados del canal de Panamá, me volvió a la memoria la primera reforestación realizada en “la antigua Zona del canal, una semana antes de entrar en vigencia los tratados utilizando como consigna “Cada Árbol una Bandera”. Cuando se cumplieron los 38 años, publicamos un artículo que reproducimos hoy a los 43 años, pero le añadimos la foto de carnet que nos expidió la División de protección del Canal para poder entrar. Yo era funcionario de RENARE pero fungía como consultor de la Autoridad del Canal de Panamá para el plan General de tierras y Aguas. Yo me pregunto:  algún joven con 21 años tendrá una idea de cómo eran estos trámites. ¿Sacar un carnet para realizar una reforestación en mi país? Pero lo hicimos; allí están los árboles y están las iniciales de los que los sembraron.

Cada árbol una bandera

“En el mes de septiembre de 2015, cuando se cumplían los 38 años de la entrada en vigencia de los tratados Torrijos-Carter, escribí un artículo que fue publicado en el Diario La Estrella de Panamá.”

En este mes de septiembre se cumplen 38 años de la entrada en vigencia de los tratados Torrijos-Carter. Con estos tratados se dio inicio a la real entrada de los panameños a la Zona del Canal; pero una semana antes de que entraran en vigencia estos tratados, un puñado de funcionarios del antiguo RENARE, en compañía de trabajadores del ‘Plan de Urgencia’, moradores y estudiantes de secundaria, con el rostro al descubierto y la consigna ‘Cada árbol una bandera’, reforestamos la línea que luego marcaría los límites del Parque Nacional Soberanía desde la comunidad de Santa Rosa, pasando luego por Palenque, Aguas Clara hasta Frijolito y La Gloria en la provincia de Colón.

Para conmemorar la gesta, se construyó un pequeño monumento y una loza de cemento con el lema ya mencionado, donde todo el que sembró árboles podía colocar sus iniciales. Esta plancha aún se encuentra en el bosque rodeada de árboles de guayacán y la larga hilera de árboles es fácilmente distinguible desde el aire.

Muchos de los que anotamos nuestras iniciales en el cemento aún recordamos y exaltamos el hecho; otros ya no están con nosotros, pero como dijo el poeta: ‘Lo que el árbol tiene de florido vive de lo que tiene sepultado’, aunque la memoria histórica se esté perdiendo y a nuestros estudiantes los hayan formado pensando que los problemas de liberación son cosa del pasado y que la soberanía es plata en la cartera, no más, la lucha por nuestra liberación aún continúa.

El país ha avanzado, eso es cierto, hemos crecido, pero con una desigualdad que asfixia, no tenemos un Estado dentro de nuestro Estado, pero nos dominan consorcios, emporios comerciales y bancos, a través de un modelo económico excluyente que elimina y extingue sectores enteros de la sociedad que no le reditúe beneficios económicos.

La soberanía hoy debe ser una lucha por la ‘Soberanía alimentaria’, para darle alternativas de desarrollo a la casi mitad de la sociedad que depende del campo; la liberación nacional debe ser por la liberación de los mercados para la nación panameña y no libre comercio para trasnacionales neoliberales.

Cuando las presentes generaciones se enteren de todas las tareas pendientes que aún faltan para lograr la patria grande que todos deseamos, no tendrán que taparse el rostro para luchar, solo, más bien decir: ‘Vámonos Patria a caminar; yo te acompaño’.

Mientras tanto. Los árboles sembrados en el límite del Parque Nacional Soberanía seguirán firmes y recordándonos: ‘Cada árbol una Bandera’.

Blas Felipe Morán