Que me Quiten lo Bailado
Hace ya algunas semanas que la tormenta tropical “IAN” se convirtió en huracán y afectó gravemente a Honduras, Guatemala, Salvador y algo de Nicaragua, pero antes de ser huracán, pasó por las islas colombianas de San Andrés y Providencia e inundo buena parte de la ciudad. A los pocos días se publicó en las redes videos de varias parejas, unas sin zapatos y otras con botas de hule, bailando un alegre vallenato con el agua a la pantorrilla. Las lluvias han continuado, pero ahora en el Valle del Cauca y salieron otros videos con gentes bailando “agua al tobillo”, todo menos terminar la fiesta.
Estos incidentes me trajeron a la memoria una anécdota que comparto con ustedes.
En la década de los años 60 y precisamente en fiestas patrias, el río Bayano echó su última y más grade inundación antes de ser represado. Esto fue tan grande, que todo el pueblo de El Llano quedó cubierto por las aguas, incluyendo el cementerio y sobre los techos de las casas se navegaba el río para llegar a las partes altas del pueblo “40 bollos”. Si el Bayano creció así, se imaginan cómo estarían el Mamoní y El Pacora.
En un pueblo que creo se llama Carriazo, las fiestas estaban amenizadas nada más y nada menos que por el poste del macano negro; Don Dorindo Cárdenas, que en esos tiempos estaba en plena forma y con una pieza que sonaba en todas las emisoras “El Mundo se va a Acabar”.
El baile se desarrollaba con éxito bajo un fuerte aguacero y justo cuando Dorindo interpretaba:
Hermano vamos a bailar
Que el mundo se está acabando
Con esta cumbia tan buena
Prefiero morir bailando
En este preciso instante el río se desbordó y en segundos todos los bailadores tenían el agua a la pantorrilla, sin oportunidad de nadar, pero por aclamación le solicitaron a los músicos que no dejaran de tocar.
El río hizo destrozos por otros lados y al día siguiente todas las redes sociales de entonces (léase comentaristas radiales y programas típicos) no dejaban de comentar en favor y en contra este peculiar incidente, pero a todos los asistentes a la pista nadie le quitó lo bailado. Además, si buscamos en la historia, según las crónicas y lo corrobora el icónico cantautor español Joaquín Sabinas, la orquesta del Titanic no dejó de tocar el fox de los ahogados sin consuelo. Mientras el capitán gritaba “los niños y las damas van primero, los magnates detrás, pero que no pare la orquesta, caballero;” y así, después de todos los despues en las profundidades el violonchelo en el salón, seguirían vibraba las notas del fox de los ahogados sin destino.
Volviendo a la cruda realidad de nuestras vidas, las inundaciones y eventos asociados estarán muy cerca de nosotros, sobre todo agravados por efecto del cambio climático; como recientemente lo hemos visto, entonces nunca será mucho repetir que tomemos las medidas para disminuir los daños que se produzcan, aunque el mundo no se acabe, porque si no, no queda otra que volver a bailar la cumbia del Doro.
Tráiganme ron y cerveza
Que el mundo se va a acabar
Yo bailando con teresa
A mi no me importa na.
Ing. Blas Morán
P.D : Mi agradecimiento al maestro Leonardo Batista de Cabuya quien se tomo el trabajo de conseguirme esta vieja cumbia.