El Vuelo de la Libélula

Hoy, en los primeros días de agosto estoy en Cabuya y después de varios días de lluvias intermitentes, al sol por fin le han permitido asomarse.

 

La mañana esta radiante, con un sol muy brillante, pero que aún no quema.

 

La grata sorpresa fue, que sobre una parra de “veraneras y una enredadera de “lazos de amor”

revoloteaba un enjambre de cientos de “caballitos del diablo” (libélulas) muy parecido al vuelo nupcial de los gallinazos y halcones, precisamente en este mes.

 

El momento para mí fue alucinante y ocupé varios minutos en contemplar el espectáculo que la madre naturaleza me regalaba de gratis.  Casi media hora me dediqué a contemplarlos a la vez que discurría por mi mente la inspiración que este insecto de la familia Odonata (por el nudo que tienen sus alas) le ofreció a Leonardo da Vinci para diseñar la primera máquina voladora que luego sirviera para construir el famoso helicóptero.

 

Viendo como giraban y hacían piruetas todas las libélulas, recordé tanto como giraban y retorcían en el aire sobre la ciudad y nuestra barriada los helicópteros gringos cuando nos invadieron.  Eran caballitos del diablo en pleno vuelo imperial, alumbrados no sólo por un sol mañanero, sino las llamas de todo el barrio de El Chorrillo que se consumía gracias al terrorífico evento.

 

Volviendo a nuestro tema inicial, pareciera que este mes es la época en que mucha de la fauna silvestre aprovecha para aparearse y que la descendencia salga cuando hay todavía comida en un ambiente adecuado.

 

Ya mencioné a los halcones y los gallinazos; me sorprendieron las libélulas; en la noche salen en los lugares oscuros sin luz eléctrica, cantidades de luciérnagas Llamando con su luz a la pareja para aparearse.  En caminos no asfaltados también se pueden ver con frecuencia bebiendo agua en pequeños charcos que deja la lluvia o en estiércol de vaca o caballo, grupos de decenas de mariposas amarillas, las mismas que mencionara García Márquez en su famosa novela.

 

Las grandes ausentes siguen siendo las mariposas de las que ya les comenté hace algunos años.  Se trata de las “Urania”.  Hace años que se fue apagando su largo viaje de Costa Rica a Ecuador, pasando por Panamá y Colombia.

 

Ya se perdieron los vistosos enjambres de mariposas negras con sus alas bordadas de hermosos tonos de un brillante verde turquesa.  Su viaje coincidía con la fundación de la ciudad de Panamá, el 15 de agosto, por lo que algunos la llamaban Mariposa de Panamá.

 

El tiempo en que los chiquillos de Santa Ana corrían en la plaza para atrapar a las mariposas que se caían al suelo o que algún mozalbete las tomaba para secarlas entre periódicos o algún libro viejo, para después regalarla a alguna muchacha, pasaron a la historia. Solo queda el recuerdo ya que su hábitat fue destruido por el hombre.

 

Los cambios que ha sufrido nuestra sociedad son muchos y variados; en todos los aspectos.  También los está experimentando el clima; algunas especies nuevas se fortalecerán y crecerán, pero estas con las que crecimos y de alguna forma alegraron nuestra niñez, como las golondrinas de Becker… esas no volverán.

 

P.D.  Las libélulas son voraces depredadoras de larvas de otros insectos, ¿qué tal si pudieran adiestrarlas para que buscaran en todas las ciudades del trópico las larvas de mosquitos causantes del Dengue?  El propio hombre se encargaría de regar insecticidas y terminaríamos exterminando los “Caballitos del Diablo” como ha ocurrido con otros insectos benéficos como las abejas.

Vivir en armonía con su entorno son cosas que el hombre no aprende jamás.

 

ING. BLAS F. MORAN

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