Una Ración de Amor

 

Hace ya rato no conversábamos y compartíamos algunas vivencias.

Bueno, hace apenas una semana tuve una grata experiencia, digna de compartir por lo esperanzadora.  COSEGURO, la empresa de mi hijo realizó esta semana su habitual obsequio de 200 comidas para los habitantes de la calle en diferentes sitios de la ciudad.

Esta labor de responsabilidad social me pareció solidaria y bonita, tal como la vienen ya, haciendo con mucho esfuerzo, diferentes iglesias y asociaciones solidarias de la ciudad.

Lo diferentes de este caso y es lo que deseo compartir, son las premisas bajo la cual se desarrolla esta actividad:

Premisa 1.-  De cada póliza que la empresa vende, un porcentaje es reservado para responsabilidad social, bajo el supuesto de que hay que regresar a la comunidad, parte de los beneficios que ayudan a generar.

Premisa 2.-        Todos los empleados de la empresa interactúan para llevar a cabo todas las actividades sociales, ya sea en talleres de pintura en ambiente lúdico con los niños en riesgo social o los talleres anti estrés; y en el presente caso en la preparación de la comida que se entregaría.

Premisa 3.-        Todos aportarán su esfuerzo en la preparación de los alimentos y todos comieron la misma comida antes de salir a distribuirla, ya que “si no es buena para nosotros, no es buena para ellos”.

Premisa 4.        Todos van a distribuirlas a las diferentes calles y callejones, ya que no se trata de una “limosna” es un plato de comida brindado con amor.

        Seguro estoy de que alguna secretaria o administrativo, aunque pertenezcan a un estrato bajo (dicho en argot demográfico), nunca habían estado a menos de un metro de distancia de un “piedrero” y menos de verle a los ojos ofreciéndole un plato de comida.

Lo que ocurre es que usted puede pertenecer a un estrato bajo, pero toda esta gente no pertenece a ningún estrato.  Son los “nadie” como dice Eduardo Galeano: “los que no aparecen ni siquiera en las estadísticas, no llegan a ser ni siquiera nada y según dicen los planteamientos filosóficos; la nada “no es, ni puede ser imaginada”.

Es por ello que en lo personal estoy en desacuerdo con dividir las ciudades en estratos ya que atentan contra la dignidad de las personas, tal como lo hacían los españoles en tiempo de la colonia,

Que contradicción se plantea.  Social y administrativamente, no son nadie ni siquiera nada; pero son humanoides como tú y como yo.  No fueron predestinados a ser lo que son hoy; fueron expulsados del seno de una sociedad con un modelo económico que expulsa todo lo que no produzca algo que tenga un valor económico y mientras más crece económicamente una sociedad, más basura producirá y más “nadies” inundarán las calles. Una ciudad puede equiparar su progreso y crecimiento por la cantidad de ratas que en ella habiten.  Es la realidad de nuestras ciudades hoy día.

“Los habitantes de la calles es un tema tan contradictorio como profundo y da para un extenso escrito que desde luego no es el propósito del presente artículo.

Entonces, desarrollar actividades como esta que aunque pequeña se sale de la norma de una ONG u oficina de asistencia social, nos impulsa a recordar que tenemos responsabilidades que cumplir con nuestros congéneres y que ser rico no es acumular fortunas, sino ser felices en y con todo tu entorno. FELICITACIONES por ello y larga vida a COSEGURO.

ING. BLAS MORÁN

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