Agua, Recurso Finito del Siglo XXI

 

Casi desde mediados del siglo pasado, los futurólogos ya avistaban la posibilidad de una crisis causada por el agua dulce.  Se decía además que una tercera guerra mundial sería causada por el control de este recurso.

 

Desde entonces diferentes economías del mundo más que países, grandes corporaciones privadas planifican el mapamundi en función de las principales fuentes de abastecimiento de agua con el horizonte puesto en el presente siglo.

 

Por otro lado la ciencia empezaba a plantear otro evento global al que habría que enfrentar.  Este     era el calentamiento global y el aumento de CO2 en la atmósfera y sus consecuencias como los gases de efecto invernadero.

 

Recordarán ustedes como salieron los pseudo científicos y ambientalistas improvisados a desmentir y variar lo que la comunidad científica planteaba de manera responsable y veraz.

Hoy ya no  se discute la veracidad del Cambio Climático, pues ya es un hecho y sus efectos los estamos sintiendo y esto apenas está iniciando.

 

Todos los planteamientos y consecuencia de los diferentes eventos naturales están claramente sustentados por la ciencia y el desconocerlos no los va a eliminar  queramos o no, nos afectara a la humanidad entera.  Sin embargo, a la par que se realizaban todas estas teorías, los ideólogos del desarrollo mundial generaban la teoría del crecimiento universal a través de la completa liberación de los mercados, sustituyendo así el papel regulador de los estados y la planificación, como método científico para desarrollar dentro de una disciplina los planes, los programas y caer en los proyectos.

 

Todo lo controlaría el mercado y toda actividad que se desarrollara se mediría en resultados económicos (léase dinero).  Esta corriente económica y filosófica se llamó el neoliberalismo.  Se promovió la competitividad en toda actividad  social  económica, ambiental, etc. Bajo el lema “Lo que no produce crecimiento (dinero) será excluido.

 

Así llegamos al nuevo siglo y pese a las advertencias de la ciencia, los impactos en el medio ambiente han sido terribles.

 

Este preámbulo era necesario para poder contestarnos la gran pregunta del aspecto ambiental que viene a ser: De dónde venimos,  dónde estamos; hacia dónde vamos?

No planificar, no es sinónimo de no pensar, pero pareciera que para los diferentes gobiernos de nuestro país si lo es, porque la  planificación como la disciplina que te lleva a prever impactos  y eventos sobre todo a establecer prioridades para asignar los recursos si estos son limitados; no está presente en sus actividades.

 

Analicemos un poco la falta de planificación sobre todo en el uso y administración del recurso agua.

  1. Agua para consumo humano: este es el rompecabezas de todas las ciudades a medida que aumenta la población y se hacen más grande.

Solo la planificación urbana orienta hacia dónde debe extender las ciudades de manera que el Estado prevea la dotación de los servicios básicos, sobre todo el agua potable.

En nuestro caso, la ciudad se extiende hacia donde los empresarios o promotores consiguen terrenos baratos.   Luego acuden al MIVIOT para optar por incentivos a viviendas de interés social y lo que menos preocupa es cómo les llegará el agua.  Para calmar la preocupación de algún curioso, le muestran un tanque de 10000-20000 quizás más que será construido por la promotora para almacenar agua para los 500 o más viviendas de la barriada.  Pasado 5, 10 o más años de entregadas las viviendas los tanques están nuevos y jamás han almacenado ni un solo litro de agua porque nunca fueron conectados a la red de distribución que tampoco existe.                                              

 

Si a esta calamidad le sumamos las barriadas producto de las invasiones de tierra que jamás han podido controlar, da como resultado las protestas y cierre de calles pidiendo y clamando por agua.

 

Cuando no se planifica el desarrollo, todas las contrariedades que se presentan se pretenden enfrentar con improvisaciones que no miden las consecuencias y es lo que puede ocurrir en estos casos, como en efecto está ocurriendo.

 

  1. Agua para la producción agrícola

Este es otro caso en donde el agua es el recurso básico para el desarrollo del sector, como el caso anterior no es un problema                           nuevo y todos los veranos se puede escuchar tanto a los productores como a los técnicos del MIDA abordar esta problemática, sobre todo como van a paliar los efectos de una crisis que se da año tras año.

 

Lo sorprendente de esto es que apenas empiezan las lluvias y se inician las siembras de temporada, todo se olvida hasta que ocurra lo contrario cuando las lluvias son excesivas y los campos se inundan.

 

Los planes de almacenamiento y cosecha de agua solo están presentes en los discursos o estudios técnicos que llenan los archivos de la Institución.

 

Un paliativo que a menudo es utilizado, es la perforación de pozos de agua profundos, construidos al margen de un estudio serio de las capacidades de los acuíferos, ocasionando en las áreas del arco seco (Azuero) graves conflictos de intereses.

 

  1. Existen comunidades cuyo abastecimiento de agua potable es producto de pozos profundos, pero están a su vez rodeadas por ganadería extensiva que con la ayuda del MIDA han perforado hasta 3 pozos según sus posibilidades crediticias dando como resultado que los pozos de los ganaderos compiten con el único pozo de la comunidad y se crean conflictos de intereses difíciles de resolver.
  2. El abuso en la construcción de pozo sin un previo estudio de los acuíferos que alimentan las fuentes de agua subterránea conlleva el riesgo de secar o agotar los acuíferos,

 trayendo consigo otro riesgo mayor como lo es el que se introduzca la “cuña de agua de mar” y ocupe el espacio dejado por las fuentes de aguas subterráneas, salinice los suelos tomándolos improductivos.

 

Desde que se anunció a nivel mundial los posibles efectos del cambio climático casi se puede decir que los países se dividieron en dos: los que iniciaron procesos de planificación para enfrentar los impactos que pudieran presentarse y los que, como Panamá, van enfrentando los diferentes impactos que van apareciendo día tras día.

 

La ciencia ha hablado muy claro y corresponde a los estados atender su recomendación        o no y la intensidad de los impactos dependerá de ello.

 

 

  1. Agua para uso Industrial y el Canal

Pocos países tienen una dependencia tan estrecha para su desarrollo como lo tiene Panamá, del Agua Dulce.

 

Este tiene una característica y es que está estrecha relación tiene un límite por estar trabajando con un recurso finito.

 

Los ríos y lagos que abastecen de agua a las esclusas tienen una capacidad, la que al alcanzarla no podrá rebasarse aunque se quiera.  Es por ello que su competitividad es limitada, mejor dicho.   Tiene un techo.

 

Esta condición obliga a la ACP a planificar minuciosamente el uso del agua, ya que los mismos reservorios también son utilizados por la capital del país y sus alrededores.

 

Entendemos que la ACP si está abocado a un proceso de asesoría internacional para planificar el futuro de la vía, pero a la par de esa asesoría se debe realizar una consulta a nivel nacional donde participen las universidades, gremios empresariales, sindicatos, profesionales y técnicos con un criterio científico más que político y que se analicen las alternativas posibles para el desarrollo futuro, no solo del canal en sí, sino de sus áreas aledañas.

 

Nuevamente insistimos que el marco de referencia debe ser la ciencia y la planificación estará subordinada así a una planificación impositiva en vez de una planificación indicativa como se ha estado realizando hasta ahora.

 

Las alternativas de otros canales por la región siguen vigentes y solo es cuestión de tecnología y recursos para echarles a andar, incluso México ya está trabajando en ello con miras a desarrollar la parte sur de su territorio.

Para concluir es imperativo recordar que estamos frente a un recurso científicamente renovable pero cuyo abastecimiento es finito y solo si se maneja científicamente puede ser renovable.

 

SABIAS QUE:

Ese característico olor que desprende la tierra después del primer aguacero y que a ocupado estrofas o párrafos de diferentes escritos, poemas y canciones, es conocido desde el tiempo de los Griegos y se llama Petricor en español y Petrichor en ingles para definir “Aroma de lluvia” para nosotros Olor a tierra mojada.

 

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