Llegando a una Meta;los 80

 

 

Sin darme cuenta, como cae la tarde cuando se aleja el día, llegué a los 80 años y de pronto me encuentro en un siglo que ya no es el mío, pero con la determinación y las ganas de seguir adelante hasta donde nos lleve el camino.

 

            Conociendo mi pasión por todo lo relacionado con la silvicultura y sobretodo con todo lo relacionado con la provincia del Darién, aproveché la invitación de mi hija a una gira de los estudiantes de Ingeniería Forestal de la UTP y los ingenieros de las fincas colindantes a su aserradero de última generación y los invitó a celebrar mis 80 años en ese moderno complejo industrial.

 

El día discurrió entre intercambio de opiniones, aclaraciones técnicas, anécdotas y deseos de todos los asistentes de salud y aporte técnico para mí, después de apagar las velas con la precaución de tener un extintor a mano por si las moscas, un incendio causado por la cantidad de velas encendidas.

 

            Después del suculento sancocho y una pertinaz llovizna, emprendí viaje de regreso pensando en todo lo experimentado durante el día.

 

            Qué bueno es poder recordar y comparar el ayer con el hoy.  Así les contaba a los estudiantes que yo fui testigo de la última gran inundación natural del rio Bayano, ya que tendría posiblemente la edad de ellos cuando nos mandaron de la facultad a realizar el censo de damnificados, desde Jenenè hasta Chepo. Trabajé en el proyecto Bayano en el área de Majé, antes de construirse la represa y que diera origen al lago del mismo nombre.

 

            Conocí y estuve allí en Tortí cuando solo era sitio con tres casas y algo de potrero.  Todo  lo demás era selva y en esa selva me tocó pasar la noche, ya que no alcanzamos a llegar a Santa Fé, donde se empezaba a trabajar la carretera hacia Darién.

 

            Ver a Tortí hoy y todas las otras comunidades que están a uno y otro lado de la carretera pavimentada le dé a uno una satisfacción de que un día, un duro esfuerzo; hoy es satisfacción plena y me digo: bien valen los años vividos. 

            Por otro lado también me ha tocado vivir ya  no en el pasado sino en el presente situaciones difíciles como la pandemia y el calentamiento global, cosas asombrosas como la sobrevivencia de 4 niños por 40 días en la selva amazónica o la expedición de 5 magnates que pagaron 250,000 cada uno para bajar a inspeccionar  los restos del Titanic; el sumergible imploto y murieron al lado del barco que supuestamente inspeccionarían.

 

            Seguiré mi camino, siendo parte aún de los habitantes de este mundo, tratando de ser fiel a mis principios y a mi conciencia, ante los hechos que aún me queden por afrontar y en el interín, disfrutar de la vida como lo estoy haciendo en este momento en el   Festival Internacional del Tango en; Medellín, porque al final ¿Quién me quita lo gozado?

 

” Si el ayer ya dispuso del hoy la suerte triste. De la risa y el llanto y el dolor del mañana…Bebe pues que no sabes, cuando y por qué viniste, e ignoramos a donde, predestinado fuiste.”.

Omar Khayyam.

 

 SALUD:

Ing. Blas Moran.

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