El Nance, una Fruta muy Nuestra
En conversación con mi amigo Chepe de Medellín, me preguntaba ´él, qué fruta podría identificar al panameño por su consumo frecuente y el conocimiento de la población; por varios minutos me quedé pensando y luego me vino a la memoria una y le contesto, ya la tengo, se llama el nance. Para mi sorpresa ni siquiera la conocía y eso me motivó a buscar un poco más información sobre esta fruta.
El nance, cuyo nombre científico es Birsonima crassifolia (L.) es oriunda del sur de México, Centroamérica, parte de Colombia y Brasil, pero solo se reporta su consumo humano en mesoamerica, Panamá y alguna localidad de Brasil (Murici).
El nombre es de origen maya (nance, nauche, manchic, manzi). Los quichés de Guatemala dicen que la deidad Ucub Cuquix solo comía frutas de nance. Otros autores mencionan que la palabra nancinta se desprende del nombre tonantzin (nuestra madre), diosa de la procreación.
En sitios arqueológicos de Azuero se encontraron semillas de nance y de jobo y también se han encontrado en relictos prehispánicos en Honduras.
Crónicas de Portobelo lo mencionan como un árbol medicinal y algo tóxico la corteza.
Ya en tiempos actuales podemos encontrar variedades de nances o nancites, dependiendo de los sitios donde crecen.
En lo personal he visto nances del tamaño de una aceituna de las más grandes, hasta pequeños como una pimienta. La mayor variabilidad las he visto en los suelos volcánicos de Guatemala y Nicaragua; la forma más frecuente de presentación es en forma de licor, conocido como vinos o en venta directa en bolsitas de frutas, ya bien ácidas o casi dulces como una ciruela.
Los colores van desde un amarillo pálido, hasta un verde olivo y otras variedades naranja, hasta rojas como un jobo, que es otra fruta que se asocia con el nance, desde la época prehispánica.
En Panamá es donde más variedad de platos se consumen de manera corriente, no como un invento gastronómico; la más común es la chicha y que es conocida en todas las provincias del país. De chichas pasamos a duros, helados y la famosa pesada de nance con maíz nuevo y queso blanco. Este postre es conocido a lo largo y ancho del país y deseo recordar la mermelada de nance, que se le ponía a los raspaos cuando los siropes eran de frutas naturales. Deben haber otras recetas, pero de manera localizada en alguna comunidad.
En Brasil se utilizan los nances ácidos para preparar guisos para carnes; yo no los he probado, pero siento que debe ser buena receta, muy parecida al lomo en salsa de tamarindo.
Debo confesar que yo no soy muy consumidor de esta fruta porque aunque me gusta su sabor, “me patea el hígado”. Lo cierto es que el nance es conocido por todos los panameños y hemos aprendido a consumirla en distintas formas y es un recurso que crece en todo el país ya que el árbol se asocia a suelos no tan fértiles en condiciones de sabana. No sé si hay otra fruta nativa que se conozca tan bien como el Nance.
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