Como Manada de Primates
Ya desde el año pasado les había anunciado que desde que llegué a la edad de medio siglo, cada cinco o cada 10 años, trato de realizar una aventura extrema, para probarme yo mismo y saber que aún estoy vivo. Luego de empezar esta aventura de compartir con ustedes mis vivencias, cumplo con mayor énfasis este auto compromiso y espero mantenerlo hasta que mi aventura “extrema” sea la de caminar 10 metros lineales sin ayuda y poder contárselo o compartirlo con ustedes.
Ya saben que estoy en los ¾ de siglo y decidí con mi hijo que es mi cómplice de aventuras, ir a Boquete tree-treck y realizar el tour de canopy; lo que yo nunca supe era de cuántos cables se trataba y de qué largo serían esos cables.
Cuando llegamos allá, me entero de que se trata del canopy más largo de Panamá y está compuesto de 11 plataformas construidas en árboles gigantescos y nada más y nada menos que 12 cables.
Bueno, como estuvo el recorrido? Excitante desde luego; que las piernas me temblaban y en el primer “aventón” la adrenalina se desborda como también se desbordan los estatolitos, pero cuando llegas a la estación ya empiezas a disfrutar realmente de la aventura y empecé a apreciar el paisaje y a verme dentro de ese majestuoso entorno más allá del verde de diferentes tonalidades y cruzar por los aires, el río una y otra vez, hasta llegar a la estación 7 y descansar con el grupo para luego partir a las 5 restantes, Mientras esperaba al resto del grupo se me afloraron los genes de primate y me veía como parte de una manada de lémures correteando en el bosque.
Aunque somos Homo sapiens, seguimos siendo primates aunque no tengamos rabo y caminemos erguidos, pero algo nos une y nos movilizamos en comunidad, aunque por motivos diferentes y es ese motivo diferente lo que nos permitió surgir y poblar la tierra aunque aún conservamos ADN de los otros homínidos y otros géneros como los orangutanes y los lémures.
Le has visto la mano a un mono tití? Y utilizan el dedo pulgar casi igual que nosotros los sapiens.
Bueno, dejamos la biología y la genética para otro día, que hoy el tema son mis tres cuarto de siglo o lo que es mejor, mis bodas de diamante con la maestra vida y mi aventura extrema para celebrarla.
Qué haré el otro año si todavía estoy por acá? No quiero pensarlo aún. De pronto conducir en la metrópoli y sortear los huecos en la calle y soportar los tranques, ya es una aventura extrema y todo indica que se pondrá peor.
Para finalizar les digo que la aventura del canopy es sencillamente excitante, vayan y derramen un poco de adrenalina, a mí por lo menos, como dijo Facundo Cabral; “ nada dejé ni he perdido lo traje todo conmigo”, así que no creo que deba ir a buscar nada arriba de esos árboles. Mi etapa de primate la doy como prueba superada.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir