Nada como el Jamón y el Pavo

 

Desde que da inicio el mes de octubre, empiezan las papilas gustativas de todos los panameños a segregar, que indican que las navidades están acercándose y que pronto hay que comprar el pavo y el jamón y que si le queda a mano pelear para conseguir otro donado por algún político; lo importante es tener suficiente en navidad y año nuevo.

 

Así entre ahorros, gestiones y recetas, llegamos a diciembre y casi que empezamos a saborear ese pavo y sobre todo, ese jamón con “una receta novedosa que dieron en la televisión”.

 

Algunas cocineras se conforman con un “Picnic”, pero grande, para comer bastante; otras con más recursos plantean que “yo no quiero Picnic porque la mayoría es hueso”.  Aunque sea más caro, prefiero comprar uno de pernil porque tiene mucho más carne y poco hueso.

Con el pavo resulta algo igual.  Los pavos son muy grandes, por lo que algunos supermercados los venden partidos en dos o en cuatro partes, pero la sra. dice: “yo no voy a hornear una mitad de pavo, aunque sea grande lo quiero entero”.

 

Por fin llegó el 24 y las expectativas suben al máximo y el trajín en la cocina es mayúsculo; además casi se puede decir que se desayuna mal y no se almuerza porque la cocina en su totalidad está dedicada a la preparación de la cena de Noche Buena, teniendo como figura central el jamón o el pavo o ambos; y por fin la mesa está servida y los comensales se dan una opípara cena y comen jamón hasta saciar las ansias reprimidas desde el mes de octubre.

 

La mañana del 25 es de rigor desayunar con rosca de pan de huevo y nuevamente jamón.  De manera perezosa el día discurre y toca entonces hacer la visita a donde la abuela, la tía, algún hermano y por qué no, los vecinos y en todas las casas te brindarán tamales, arroz con guandú, rosca de pan, ensalada, etc. Cualquiera de estos platos acompañado desde luego con jamón y además tu merienda en el primer día de trabajo no te quepa la menor duda que llevará jamón.  Cuando llega el Año Nuevo y se repite otra cena abundante, es probable que el jamón sea reemplazado por el pavo, pero también encontrarás jamón.

Escuchando a un D.(isk) J.(jockey) de una emisora local, hablando del desayuno de los 10 días (roscas con jamón) y pidiendo por favor cuándo llegaba la sopa de poroto, no porque fuera tan fanático, sino porque eso era indicativo de que ya el jamón se había acabado.  Una oyente llamo para reprender y decía “cuántas personas hay que, en estos momentos, que no han comido nada en días y usted se queja de repetir una comida.  El regaño me pareció conocido y es que es el regaño de todas las mamás del mundo, pero yo a esto opinaría que el mismo argumento podría aplicarse al momento de comprar; porque comprar en exceso, ¿si hay tanta gente que no tiene para comprar ni lo básico y por qué tener que repetir por 10 días la misma comida?

 

Para los que podemos escribir estas líneas sabemos que no siempre; hubo un tiempo en que había jamón.  Las carnes se reducían a pernil, paleta, chuletas, gallina dura, gallo y el pavo pero que no venía de afuera, estaba en “vivo y a todo color”.  Aún recuerdo, de niño, ver en la bajada de Salsipuedes a señoras billeteras rifando un pavo y varias gallinas en los días previos a Navidad.  Eran tiempos de honestidad, incluso en las billeteras.  El problema era para el que se ganaba la rifa y le tocaba llevarse para su casa un pavo vivo, ya que para matarlo, era todo un macabro ritual que consistía en emborrachar al pavo con vino para luego matarlo.  Afortunadamente ya esto no se estila porque esto es considerado tortura animal.

 

El consumismo actual nos obliga a comprar en exceso y a comer de forma desmedida hasta indigestarnos y tener que lamentarnos, pero ya se te pasara y empezaras a ahorrar para repetir el drama el próximo año.

 

Bueno estimado lector, lo único que me resta es desearle que disfrute su sopa de poroto con huesos de jamón y tiene un año para convencerse y convencer a la patrona, de que no importa lo que le sugieran los medios y la tele, sean más comedidos al comprar su cena para la próxima navidad y año nuevo; igual va a disfrutar su sopa de porotos, pero sin esa sensación de hastío del jamón y el pavo.  Feliz Año de los patitos.

 

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